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Turbelarios, animales invertebrados de la clase Turbellaria

Turbelarios, clase Turbellaria
Turbelarios, clase Turbellaria

Los turbelarios o gusanos planos de cuerpo blando, son organismos pertenecientes a la clase Turbellaria. La taxonomía del grupo es incierta, ya que no está claro si la clase es monofilética. Se consideran el grupo más primitivo dentro del filo Platyhelminthes, en el cual también se incluyen las clases Monogenea (ectoparásitos), Trematoda (endoparásitos) y Cestoda (Tenias), todos ellas de aspecto y estilo de vida diferente. Hay más de 4500 especies conocidas de turbelarios, siendo la mayoría marinos.

Entre los turbelarios más conocidos y estudiados, se encuentran las planarias de agua dulce, las cuales pueden ser fáciles de encontrar y de ver en sus hábitats comunes.

En relación a otros invertebrados acuáticos, la ecología y sistemática de los turbelarios ha sido poco documentada, ya que al tratarse de animales de cuerpos blandos, la identificación y preservación de los mismos resulta limitada.

Hábitat y costumbres de los turbelarios

Los turbelarios son organismos que se encuentran en regiones tropicales o templadas. En su mayoría bentónicos y de vida libre, aunque también los hay comensales ó parásitos. Viven en ambientes dulceacuícolas, marinos o terrestres. Por lo general se encuentran en lagos, estanques, arroyos, manantiales y zanjas, incluso se les puede ver en hojas sumergidas, madera en descomposición o debajo de las rocas, ya que prefieren los lugares sombreados y húmedos.

Debido a su fina piel y a la capacidad de respirar a través de esta, suelen ser sensibles a la calidad del agua, por lo que pueden usarse como indicadores de contaminación y de otros cambios a nivel del hábitat.

Características generales de los turbelarios

Hay 12 órdenes dentro de la clase Turbellaria, a pesar de esto todos presentan características en común, como son un cerebro simple con una red nerviosa que se extiende a lo largo del cuerpo. Además, no poseen sistema circulatorio ni órganos de intercambio gaseoso, por lo que la difusión de oxígeno ocurre de manera directa a través de las células corporales.

Los turbelarios tienen varias capas musculares de fibras circulares, longitudinales, diagonales y transversales. Poseen una apertura bucal-ventral, a través de la cual se pueden alimentar y eliminar los desechos (partículas no digeridas), mientras que el proceso de digestión final ocurre a nivel intracelular. Seguido de la boca, continúa una faringe que conduce a un intestino ciego, sin ano. Su sistema osmoregulatorio, permite la eliminación de desechos metabólicos y a la vez está conformado por una red de pequeños túbulos y células flamígeras, que en conjunto reciben el nombre de protonefridios. A nivel de la cabeza poseen ojos similares a manchas (con células pigmentarias y fotoreceptores), así como órganos sensoriales especializados (estatocistos, quimiorreceptores y mecanoreceptores), que ayudan al organismo a detectar luz y alimentos. Las especies parásitas se distinguen por presentar estructuras en forma de ventosas, las cuales les permiten adherirse a sus presas.

Así mismo los turbelarios comparten ciertas características con otros Platyhelminthes. Por ejemplo, todos son dorsoventralmente aplanados, de cuerpo más largo que ancho, con simetría bilateral (con un lado izquierdo y otro derecho), acelomados (sin cavidad corporal) y sin segmentos.

Los turbelarios de ambientes terrestres suelen tener tonos grisáceos y opacos, mientras que los que viven en el fondo del mar llaman la atención por sus vistosos colores. El color que presentan dependerá de los pigmentos que poseen a nivel del parénquima o la epidermis, del contenido intestinal o de las algas simbióticas.

La mayoría de las especies tienen tamaños menores a los 5 mm, pero hay formas terrestres más grandes, como Bipalium kewense, que puede llegar a medir hasta 60 cm de longitud.

En especies pequeñas, el movimiento se lleva a cabo por medio de cilios que se encuentran a nivel de la epidermis, mientras que las especies más grandes, se deslizan a través de movimientos ondulantes de su propio cuerpo. A pesar de que pueden encontrarse en ambientes acuáticos no son buenos nadadores.

Alimentación de la clase Turbellaria

En lo ralacionado a su alimentación, los turbelarios son carnívoros y carroñeros, ya que pueden alimentarse tanto de presas vivas como muertas. También los hay herbívoros (los que consumen algas diatomeas), ectoparásitos y excavadores. Su alimentación consiste principalmente de pequeños invertebrados marinos como rotíferos, pequeños crustáceos, ostras, percebes y gusanos. Algunas especies pueden abrir sus bocas de tal manera que les permite engullir presas enteras de gran tamaño.

Reproducción

Pueden reproducirse tanto de manera sexual como asexual (fisión binaria). Algunas especies de animales invertebrados turbelarios se pueden reproducir por partenogénesis o desarrollarse directamente a partir de un solo gameto. También se distinguen por ser capaces de regenerarse cuando han sufrido algún daño o mutilación accidental, hecho que ha sido ampliamente documentado en el género Dugesia.

Los turbelarios que se reproducen sexualmente son hermafroditas, lo que significa que cada organismo presenta ambos sexos, sin embargo no se autofecundan, sino que llevan a cabo un proceso de fecundación cruzada, en el cual el esperma de un individuo es capaz de fertilizar los huevos de otro.

Algunas especies son ovovivíparas, mientras que otras presentan diferentes fases larvarias a lo largo de su ciclo de vida.

Bibliografía

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