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Picadura de anémona, qué hacer en estos casos

Anemona, con tentáculos, su picadura es tóxica

Las anémonas son animales marinos representantes del Phyllum Cnidaria, donde además se incluyen a las medusas, corales e hidrozoos. Al igual que el resto de los cnidarios, las anémonas agrupadas en la clase Anthozoa se caracterizan por la presencia de células especiales para la captura de alimento y defensa, conocidas como nematocistos. La picadura de anémona suele causar lesiones que varían en gravedad de acuerdo a la reacción que produzca en la persona afectada.

El poderoso veneno que tienen estos animales es utilizado para inmovilizar a sus presas y, en ocasiones, pueden causar cierta incomodidad en los humanos que las manipulan o tocan accidentalmente. Estos animales sésiles poseen una gran diversidad en las regiones tropicales del mundo, siendo particularmente abundantes y diversas en todas las zonas tropicales y muy especialmente en arrecifes coralinos.

Solo algunas especies de antozoos, se relacionan con accidentes de picadura de anémona, causando lesiones importantes en la piel. Tal es el caso de las anémonas de fuego Actinodendron plumosum y Actinodendron arboreum, Haloclava producta y Phyllodiscus semoni. Las anémonas son conocidas como flores del océano, debido a su particular belleza inocua. Sin embargo, pueden causar lesiones urticantes en la piel cuya importancia dependerá del grado de exposición o interacción accidental con estos fascinantes animales marinos.

¿Cómo es la picadura de la anémona?

La picadura de anémona se debe a que estos animales cuentan con un conjunto de células especiales características de los cnidarios, conocidas como cnidoblastos. Estas células contienen un nematocisto, que no es más que una cápsula que contiene una hebra tubular enrollada. Cuando el nematocisto es estimulado, ya sea de forma química o mecánica, se descarga al exterior inoculando un veneno paralizante y/o enrollando a sus presas.

Dentro de este grupo de cnidarios existen al menos 25 tipos de nematocistos; cada especie puede contener varios tipos de estas células en su organización corporal, lo cual ha sido uno de los principales motivos de su éxito evolutivo desde su surgimiento. Algunas especies de anémona como Anemonia viridis y Nematostella vectensis, también cuentan con un segundo tipo de células que contienen y producen toxinas, conocidas como células de la glándula ectodérmica y cuya función aún no es muy clara.

Cuando un nematocisto madura, el cnidoblasto que es la célula que lo contiene, se fija en la mesoglea y extiende su extremo distal a la superficie epidérmica. La mayoría de los nematocistos cuentan con un gatillo de descarga conocido como cnidocilo. Son muchos los tipos de nematocisto que se conocen dentro del phyllum Cnidaria. Los nematocistos son efectores independientes y no necesitan estímulos nerviosos para dispararse.

Estas células ponzoñosas se descargan a una gran velocidad, debido a la alta presión osmótica que poseen en su interior, la cual puede alcanzar hasta 140 atmósferas. Una vez que se estimula su descarga a través de cnidocilo, el agua precipita dentro de la cápsula de manera violenta, el opérculo del nematocisto se abre y el rápido incremento de la presión hidrostática dentro de la cápsula empuja con gran fuerza el filamento, que se evagina al exterior. El filamento del nematocisto está ornamentando con pequeñas espinas que pueden tener diversa forma de acuerdo a la funcionalidad que tengan. En la mayoría de los casos, la picadura de anémona resulta de poca importancia en el hombre. Sin embargo, la gravedad de las lesiones y síntomas depende de la cantidad de nematocistos que descargan su veneno.

Toxinas de las anémonas

Contrario a lo que se piensa, la mayoría de los cnidarios, incluyendo a las anémonas, son inofensivos para el hombre y el contacto con estos organismos no produce más allá de una dermatitis leve. Solo algunas especies escifozoos y cubozoos son realmente peligrosas por la toxicidad del veneno. Adicionalmente, debido a la naturaleza sésil de estos cnidarios, la picadura de anémona resulta muy rara y accidental.

Las anémonas producen toxinas diseñadas para la paralización de sus posibles presas, y generalmente en el hombre produce dolor local que puede desaparecer en algunas horas, incluso sin ningún tratamiento médico. Las anémonas producen una gran variedad de péptidos y proteínas tóxicas incluidos muchos moderadores y bloqueadores de los canales iónicos.

Los tentáculos de las anémonas están densamente cubiertos por nematocistos, que contienen un gran número de sustancias tóxicas de distinta naturaleza. Los principales componentes tóxicos que se encuentran en las anémonas de mar, tradicionalmente se han agrupado en cuatro grupos:

Fosfolipasas: degradan los fosfolípidos de la membrana de células musculares y neuronas, causando daño a los nervios e inflamación en los músculos.

Citolisinas: formadoras de poros que actúan sobres las membranas celulares y causan lisis celular.

Neurotoxinas: actúan con receptores, canales iónicos activados por voltaje, y activados por ligando, afectando la transmisión neuronal.

Neurotoxinas: tienen actividad inhibidora de la acción proteasa. Además, también pueden inocular compuestos no proteicos que generan dolor durante el envenenamiento por picadura de anémona.

Síntomas

En el hombre, las toxinas de cnidarios pueden ocasionar diversas reacciones locales y sistemáticas. Los síndromes de envenenamiento por picadura de anémona incluyen reacciones locales inducidas directamente por la toxina; reacciones recurrentes, retardadas o persistentes. Además, pueden existir secuelas sistémicas de diversa gravedad.

Con posterioridad a una picadura de anémona, puede aparecer una erupción vesicular en el área afectada y un fuerte dolor en las zonas aledañas a la picadura. Es común que las personas que entran en contacto con los nematocistos de una anémona experimenten náuseas y vómitos, con cierto grado de afectación del hígado, debido a que se elevan las enzimas hepáticas.

Adicionalmente, las zonas afectadas por los nematocistos pueden inflamarse y mostrar una gran irritación o dermatitis e incluso necrosis. La dermatitis localizada suele ser el síntoma más frecuente y extendido, tras tocar a una anémona. Frecuentemente, las personas afectadas sufren de episodios de fiebre, escalofrío y pérdida del apetito, comezón en el área afectada, insomnio y dificultad respiratoria.

Otros efectos de la picadura de anémona se asocian con irregularidades del funcionamiento del corazón, como la arritmia cardíaca. En algunos casos extremos reportados, la reacción alérgica es tan severa que los accidentes con picadura de anémona han resultado fatales, debido a la aparición de una insuficiencia hepática y renal, tras pocas horas o días después del envenenamiento. En algunos pacientes la picadura de anémona puede provocar un síndrome de insuficiencia renal aguda que, de no ser tratada a tiempo, puede resultar peligrosa.

Recomendaciones y tratamiento

En muchos casos, el efecto del veneno de muchas anémonas no ha sido investigado con precisión, por lo cual, los expertos recomienda no entrar en contacto directo con estos animales. Adicionalmente, se recomienda que aquellas personas que practiquen buceo usen los implementos adecuados, entre los cuales se incluye el uso de un traje protector, a través del cual los nematocistos no tienen ningún efecto, también el uso de guantes.

Es necesario igualmente contar con un equipo de primeros auxilios básico, para iniciar un pretratamiento si se tiene un accidente por picadura de anémona. Inicialmente, el paciente suele ser tratado con analgésicos y líquidos intravenosos para aliviar el dolor. Debido a que las personas pueden reaccionar de diversas formas, es muy importante acudir a un centro médico tras una picadura de anémona, ya que si no se evalúa la gravedad de las lesiones, la persona afectada puede empeorar gradualmente.

En general, los síntomas más comunes, como la dermatitis e irritación local, es tratada con la aplicación de esteroides por vía oral y local, tanto en casos leves como agudos. Las pomadas de hidrocortisona son de utilización general para contrarrestar y generar alivio ante la irritación e inflamación. También es conveniente el empleo de antisépticos para evitar infecciones, así como el uso de antiinflamatorios y antialérgicos como la prednisona.

Relación con otros organismos

Algunos animales se han adaptado para vivir estrechamente relacionados con las anémonas. Esto ha resultado en casos muy llamativos de coevolución. Entre ellas destacan los peces payasos del género Amphiprion, los cuales viven o establecen sus hogares entre los tentáculos de las anémonas. El pez payaso va desarrollando inmunidad a los nematocistos de determinadas anémonas como las del género Heteractis y Stichodactyla desde que eclosionan del huevo.

Adicionalmente, se protegen de la acción de las toxinas debido a que exudan una mucosidad viscosa, que evita la descarga de los nematocitos cuando estos peces entran en contacto con los tentáculos de la anémona. Escondidos dentro de los tentáculos de las anémonas, estos peces encuentran un refugio contra peces depredadores de mayor tamaño que si son susceptibles a las toxinas de estos cnidarios. Adicionalmente, el pez payaso puede conseguir alimentos dentro de los tentáculos, que las anémonas no son capaces de consumir. Al mismo tiempo, pueden proveer de alimento a las anémonas, además de eliminar parásitos que se alojan dentro de estas.

Resumen de lo estudiado

Ficha sobre la picadura de anémona

Referencias

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