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Helicicultura. El arte de criar caracoles en granjas

Helicicultura, cría de caracoles
Helicicultura, cría de caracoles
David Short/CC BY 2.0

Helicicultura

La helicicultura es la práctica de criar caracoles para uso humano, bien sea para emplearlos en la gastronomía, cosmética, medicina natural, como mascotas o alimento de otros animales. A su vez, la helicicultura ha sido reconocida en los últimos años como una subcategoría muy rentable y de bajo riesgo de la agricultura.

Una de las razones de la creciente popularidad de la helicicultura se debe a que los caracoles resultan ser una excelente fuente de alimento, rico en proteínas, hierro, con un bajo contenido de grasa y además con los aminoácidos necesarios para el cuerpo humano. En algunas zonas de África resultan comunes en el menú diario, llegando a ser más baratos que las carnes rojas.

Actualmente en Europa hay una alta demanda de caracoles gigantes africanos, en consecuencia la cría de estos animales se ha incrementado considerablemente. Sin embargo, el principal mercado de caracoles se encuentra en la zona de África occidental, desde donde también son exportados a países europeos y América del Norte. Solo Estados Unidos importa caracoles anualmente por un valor de 200 millones de dólares. El potencial de las ganancias de la helicicultura está en la comercialización de caracoles vivos, sin embargo también se obtiene un beneficio adicional de la venta de conchas, huevo de caracol y limo.

Cría de caracoles de granja

A diferencia de otras empresas, la cría de caracoles no requiere de una gran inversión económica para comenzar. Puede instalarse en un patio trasero o en algún terreno desocupado del vecindario o pueblo.

Generalmente los caracoles tienden a ser muy inactivos durante la estación seca, en consecuencia son muy escasos durante este periodo, por lo que su suministro resulta ser estacional, a pesar de ser hermafroditas y poder apareare durante todo el año.

Al momento de criar caracoles es necesario concentrarse en el suelo, el cual debe tener una estructura liviana que facilite la reproducción y la capacidad de eclosión de los huevos. Por otro lado la incubación de los huevos dependerá de otros factores como la temperatura, la humedad y la composición del suelo.

Tanto las plantas del lugar como los caracoles deben estar protegidos del viento y permanecer húmedos durante la noche, ya que los caracoles pueden moverse con mayor facilidad en la humedad, para este fin será necesario en algunos casos la instalación de rociadores. Así mismo el lugar debe estar libre de árboles grandes que puedan albergar insectos (tales como hormigas, tijeretas y ciempiés) o depredadores (ratas, comadrejas, ratones, etc.).

En la práctica de la helicicultura serán necesarios al menos diez centímetros de suelo profundo para que los caracoles puedan poner sus huevos, y un pH de neutro a alcalino para proporcionar el carbonato de calcio necesario en cuanto la formación de las cáscaras. Un ambiente higiénico y ciertas prácticas, como reemplazar los alimentos diarios para evitar su deterioro, pueden prevenir la propagación de enfermedades en los caracoles, así como mejorar su tasa de crecimiento.

El tamaño de la granja puede variar dependiendo de la categoría del productor. Personas que comienzan con una pequeña empresa pueden usar de 3000 a 10000 metros cuadrados de área aproximadamente, mientras que los productores a gran escala requerirán al menos 2 hectáreas para iniciarse en la helicicultura.

En cuanto a su alimentación, la mayoría de las especies de caracoles son vegetarianas y aceptan muchos tipos de alimentos. Básicamente su dieta está basada en el consumo de hojas verdes (kola, yuca, berenjena, etc.), frutas (mango, papaya, tomate, higos, etc.), tubérculos (ñame, papa, etc.) y flores. En ocasiones, dependiendo de la especie de caracol que se esté criando será necesario proporcionar alimentos ricos en nutrientes que mejoren el crecimiento del caracol.

Especies utilizadas en helicicultura

Los caracoles pertenecen al phylum Mollusca. Los miembros de este grupo se encuentran distribuidos en todo el mundo. Son predominantemente acuáticos, pero también los hay terrestres. Todos los caracoles de granja destinados a helicicultura son miembros de la clase Gastropoda y además son terrestres.

Entre las especies comestibles más populares se encuentra, Helix aspersa, Helix pomatia (caracol romano o caracol de Borgoña), Helix lucorum(caracol turco) y Eobania vermiculata. Por lo general estas especies se diferencian por variaciones en el tamaño, en el color y en las bandas de la concha.

Helix aspersa (Cornu aspersum), cubre el 40% del mercado de helicicultura y tiene una amplia distribución, se encuentra en Europa, Estados Unidos, Australia, Sudáfrica, Nueva Zelanda y algunas regiones de América del Sur como México y Argentina. Pueden adaptarse casi a cualquier clima, encontrándose en dunas de arena, bosques, campos y jardines, lo que hace que su crianza sea menos riesgosa. A nivel del caparazón posee un patrón de manchas reticuladas de color marrón. El diámetro del caparazón varía entre 25 a 40 mm y la altura entre 25 a 35 mm.

Helix pomatia, cubre el 28% del mercado y se puede encontrar en toda Europa y Estados Unidos, viviendo en viñedos, valles, jardines y montañas boscosas de hasta 2000 metros. Esa especie es muy popular entre los amantes de la gastronomía, sin embargo es una de las especies amenazadas por destrucción continua de su hábitat, siendo registrada en la lista roja de la UICN. Posee un caparazón blanco con bandas de color marrón poco definidas. El ancho de la concha es de 30 a 50 mm y la altura de 40 a 45 mm.

Helix lucorum cubre el 22% del mercado. Presenta una concha blanca, cubierta con amplias bandas de color marrón. Además se caracteriza por su rápido crecimiento. El ancho de la concha se encuentra entre 35 a 60 mm y la altura varía entre 25 y 45 mm.

Eobania vermiculata, representa el 8,5% del mercado de helicicultura. El caparazón de esta especie presenta un fondo de color blanco del cual sobresalen bandas o manchas más oscuras. La concha tiene alrededor de 22 a 32 mm de ancho y de 14 a 24 mm de alto.

Bibliografía

  • – Heller J. (2001)
  • – Virgiliu Morei. (2012)
  • – Bonnemain. (2005)
  • – Chmielewski, M. (2005)
  • – Cuttelod A. y col. (2011)
  • – Jerzy Błoszyk y col. (2015)

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