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Cubozoos. Un grupo de invertebrados muy peligrosos

Cubozoos, clase Cubozoa
Cubozoos, clase Cubozoa

Los cubozoos son la clase más pequeña dentro del filo Cnidaria y comprende cerca de 50 especies. El ciclo de vida de este grupo de organismos está dominado por la medusa, la cual tiene forma de cubo, y de allí precisamente que deriva su nombre.

Son animales marinos pertenecientes a la clase Cubozoa, descrita por Werner en 1975. Algunos autores los agrupan en dos órdenes, Carybdeida y Chirodropida, mientras que otros, debido a las inconsistencias en la taxonomía prefieren tratarlos como grupos solamente.

Entre las características que los distinguen de las otras dos clases de medusas, escifomedusas e hidromedusas, se encuentran la metamorfosis directa de pólipo a medusa, un cuerpo en forma de campana o cubo presente en la mayoría de las especies y una cámara compleja de varios ojos con lentes, corneas y retinas.

La clase Cubozoa también se caracteriza por su toxicidad, la cual pasa de ser completamente inofensiva para el hombre, hasta causar la muerte en cuestión de minutos luego de una picadura, como es el caso de Chironex fleckeri (avispa marina) o su pariente cercano Chironex yamaguchii, especies de cubozoos potencialmente venenosas que se encuentran en los mares de Australia y Japón respectivamente.

A pesar del peligro que suponen para el humano, los cubozoos son componentes importantes de los ecosistemas marinos, y entre sus presas se encuentran los peces, crustáceos y gusanos.

Grandes esfuerzos se han llevado a cabo para estudiar a este grupo tan particular (clase Cubozoa), sin embargo, muchos de los aspectos de las cubomedusas, asociados a su comportamiento y ecología siguen siendo hoy en día un misterio.

Características generales de la clase Cubozoa

Las especies de la clase Cubozoa presentan un tamaño que varía entre los 2 y 25 cm. Por lo general muestran una apariencia translúcida, lo que dificulta muchas veces su avistamiento.

Presentan un solo orificio corporal o boca, ubicado debajo de la campana de la medusa, por donde ingresan los alimentos y se liberan tanto las células reproductoras como los desechos metabólicos. Los cubozoos carecen de estómago, intestino y pulmones, sin embargo los nutrientes y el oxígeno son capaces de atravesar las células del cuerpo, el cual está constituido principalmente por un material gelatinoso, la mesoglea, así como de proteínas estructurales, células musculares y nerviosas.

Al igual que otras clases de medusas, los individuos de la clase Cubozoa contienen tentáculos y nematocistos, los cuales utilizan para atrapar a sus presas o defenderse de los depredadores. El nematocisto, cuando entra en contacto con la presa, dispara una especie de gancho y transfiere el veneno, el cual resulta ser uno de los más potentes y letales en el reino animal. La presa queda inmóvil y los tentáculos se contraen acercándola a la boca de la medusa, donde finalmente es engullida.

Los cubozoos tienen un sistema visual muy activo y complejo, que les permite identificar tanto la luz como la oscuridad. Los ojos (24 en total) se encuentran presentes y organizados en grupos de seis, en cuatro estructuras sensoriales, llamadas ropalia, las cuales están conectadas a través de un anillo nervioso y un pedalium (especie de tallo muscular) a cada esquina del cuerpo de la medusa. A partir del pedalium emergen tentáculos contráctiles, que pueden variar en número. En el caso del orden Carybdeida, se observa solo un tentáculo por pedalium y los nematocistos están presentes tanto en los tentáculos como en la campana, mientras que el orden Chirodropida, tiene múltiples tentáculos por pedalium y los nematocistos se encuentran solo en los tentáculos.

Se desconoce como los cubozoos procesa las imágenes, ya que carecen de un sistema nervioso central. Sin embargo hay estudios que proponen la existencia de una red nerviosa que permitiría el procesamiento de las señales visuales.

Son nadadores ágiles, fuertes y activos, llegando incluso a cubrir varios metros en pocos minutos.

Distribución y hábitat de los cubozoos

Los cubozoos tienen una amplia distribución a nivel mundial y han llegado a establecerse a lo largo del océano Pacífico, Indico y Atlántico. Sin embargo algunas especies parecen tener una localización muy específica.

Dependiendo de la forma de vida, los cubozoos pueden formar agregaciones, ser sésiles y bentónicos como el pólipo o solitarias, de vida libre y planctónicas como la forma de medusa.

La mayoría de las cubomedusas viven en ambientes tropicales y subtropicales cercanos a las costas, como manglares, bosques de algas marinas, arrecifes de coral y playas arenosas. Se ha llegado a documentar la presencia de varias especies en Filipinas, Mar Caribe y Golfo de México.

Por lo general cazan a diario y se pueden ver cubozoos en las noches descansando en el fondo de los océanos.

Entre sus principales depredadores en la naturaleza se encuentran algunos peces y tortugas marinas.

Alimentación de los integrantes en la clase Cubozoa

Los cubozoos son voraces depredadores de pequeños vertebrados e invertebrados, tales como peces, gusanos, larvas y artrópodos. Algunos estudios sugieren que las toxinas y los mecanismos empleados para atrapar a sus presas han evolucionado, llegando a ser específicos según el tipo de presa.

En épocas del año cuando el alimento es escaso, consumen todo lo que pueden cuando está disponible.

Reproducción y ciclo de vida

Por lo general los cubozoos se reproducen en masa, tanto de forma asexual como sexual. El macho y la hembra de la forma medusa son capaces de liberar los gametos al agua (fertilización externa), dando como resultado una larva (plánula), la cual se asienta en el sustrato marino para dar paso a la próxima etapa del ciclo de vida, que es el pólipo, similar en forma a una anémona de mar, con la boca y los tentáculos hacia arriba. Finalmente el pólipo, a través de la reproducción asexual, dará lugar a una joven medusa, con forma de campana invertida y con tentáculos que cuelgan desde el interior.

A diferencia de los escifozoos que sufren un proceso de estrobilación en el paso de pólipo a medusa, los cubozoos llevan a cabo una metamorfosis directa, la cual tiene una duración de 3 a 7 días, y va a depender tanto de las condiciones de luz, como de temperatura del medio donde se encuentran.

Bibliografía

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